PAULE SALOMON, psicoterapeuta y filósofa francesa, autora de “La mujer solar: el final de la guerra de los sexos”. Un viaje por las diferentes concepciones culturales a lo largo de la historia que explican, y determinan las relaciones entre hombres y mujeres en el curso de los tiempos.
Convencida de que hombres y mujeres podemos transformarnos, que es posible superar nuestra alienación sólo a través de la reconciliación con nuestra propia soledad, para accedera a una identidad real que nos permita relacionarnos desde el amor y no desde el conflico.
Paul Salomon investiga los orígenes del patriarcado y propone la alternativa de la “generación lúcida”, donde cada persona asume su parte masculina y su parte femenina.
“Seres completos que se relacionan por amor, no por necesidad ni complementariedad”.
Un mensaje sereno y optimista que nos anima a la reflexión y al despertar de la consciencia para iniciar una nueva era de relaciones humanas.
En La mujer solar, Salomon muestra cómo la mujer, el hombre y la pareja (desde la representación de la Diosa-Madre, pasando por la mujer sometida al poder patriarcal, hasta la mujer luchadora de los años 90), han evolucionado a lo largo de los años y cómo lo hacen en el curso de una vida.
El conocimiento de estos comportamientos nos permite no recaer en aquellos modelos del pasado que nos llevaron a plantear las relaciones entre ambos sexos en términos de guerra, y encontrar las claves de un itinerario futuro.
Paule Salomon nos invita a un fascinante viaje por el interior de la conciencia colectiva y ofrece una atrevida relectura de la historia, de la religión y de los mitos evidenciando que las relaciones de dominio, a menudo insidiosas, afectan gravemente a la vida de pareja.
En La mujer solar, el lector, sea hombre o mujer, descubrirá sus comportamiento: tirano, de sumisión, de inferioridad, sus rebeldías y sus tendencias al conflicto dentro de su vida afectiva o profesional. Tener conocimiento de ello conlleva a menudo una gran impotencia vital, pero el desarrollo del poder personal y de la confianza en uno mismo actúa sobre el aspecto solar de la mujer y el lunar del hombre.
Cualquier mujer encierra en sí rostros distintos.
El primero es la «diosa madre» de la prehistoria, todopoderosa en su capacidad de alumbramiento, sacerdotisa del instinto y de la crueldad.
Más tarde nace la «mujer sumisa«, producto de la creación de la sociedad de filiación patriarcal y del temor del hombre a la infidelidad de la mujer.
La lucha contra la vida sacrificial a la que es condenada, lleva a la tercera figura femenina: la de la «mujer rebelada«. Pero a menudo, la mujer sublevada no hace más que adentrarse en el terreno de lo masculino arrinconando su propia feminidad.
Puede convertirse en la “mujer lunar”, perversa, manipuladora y dominante pero alejada de sí misma.
La mujer actual suele encarnarse en una figura femenina lúcida, que se afirma en el desarrollo de su capacidad intelectual, pero que sigue sin enfrentarse a sus fantasmas.
El paso definitivo llegará por una vía menos racional, de tintes iniciáticos. Será la llegada de la «mujer solar«. Aquella que no se tiene miedo a sí misma, aquella que asume su soledad y la disfruta pero que no rechaza la unión alquímica.
Más allá de ella, en un terreno utópico planea el estado último de la mujer y del ser humano: la Sabiduría.
“Generación lúcida” donde la relación de pareja sea «solidaria, solitaria, andrógina».
Solidaria porque se apoyan y se aventuran a compartir un viaje; solitaria, porque se relacionan desde entidades perfectamente completas y autónomas; es andrógina porque reconocen su parte femenina y su parte masculina, y no tienen miedo a desarrollar ambas.
http://www.elangelario.com.ar/2015/06/la-mujer-solar-de-paule-salomon.html
Tal vez, como apunta CORAL HERRERA en un intento de autocrítica,
“Sería conveniente y necesario despatriarcalizar el feminismo, abrirlo a todo el mundo, aplicarle un enfoque basado en los valores de la inclusión y la diversidad, que el feminismo no es solo cosa de mujeres….
Apuesto por la sororidad, ese hemoso concepto de Marcela Lagarde: es preciso crear un “nosotras” en el que quepa todo el mundo.
Necesitamos sumar gente, en definitiva, y para eso hay que abrir las puertas, tender puentes, ensanchar conciencias, dialogar y cooperar mucho, compartir recursos, pactar y llegar a acuerdos, practicar la sororidad, y ejercer la autocrítica».
La liberación de las mujeres ha logrado que no nos relacionemos ya desde la necesidad de tener un proveedor, sino desde la libertad para compartir la vida con quien una desee.